jueves, 17 de noviembre de 2011

Marta se ha hecho un lifting

Marta ha tardado 22 años en llegar al principio de la cola, pero por fin hoy ha alcanzado la ventanilla. La ha atendido un señor malencarado, con halitosis, poco pelo y traje de Armani. Un triste personaje al que afortunadamente no tendrá que ver más porque hoy Marta ha comprado el billete para su libertad.

Hay quien pasa aún más tiempo en la cola y no consigue subirse al barco, pero Marta es ágil y muy valiente, así que ha sacado plaza en la proa y desde allí a lo Kate Winslet, pero sin necesidad de ningún Di Caprio que le haga de muleta, se ha soltado la melena y luce un cutis que ya quisieran en cualquier laboratorio cosmético para sus modelos. Porque subirse a según qué barcos puede ser arriesgado, pero la aventura es a las arrugas lo que mi vecina del 5º a los carteros comerciales, que a gritos los deja suaves suaves.

Las que observamos desde la mitad de la cola y empezamos a temer que la ventanilla donde reparten plazas para la libertad cuelgue en breve el ‘No hay billetes’, en cambio, lucimos un cutis más bien verdoso. Es lo que tienen los tratamientos a base de envidia, que no nutren ni hidratan, pero son inevitables. Yo hoy me he puesto uno  base de litros de admiración por esta rubia valiente.

Suerte querida

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