martes, 10 de junio de 2008

Ya está aquí el tío ‘la crisis’

Ay, qué miedo más grande me ha entrado. Estoy que no me hallo esta semana. Me levanto por las mañanas y no me atrevo a darle al dichoso botoncito. Al final, caigo en la tentación (yo, por mucho padrenuestro que haya rezado, se ve que no me oye ni dios y me dejan que caiga en todas las tentaciones del mundo). Bueno eso, que caigo y le doy. Y ahí empieza mi tortura.
Conexiones en directo con la frutería. No queda ni un tomate. Dan paso a la gasolinera, ni un triste mililitro para el depósito de mi coche, que por supuesto sigue gastando gasolina de 95 octanos, de la de la prehistoria, vamos. Luego toca el turno de la pescadería y ahí ya el locutor se pierde. Cierre por decreto. Ni un triste boquerón.

Y ya me tiemblan las piernas. Con lo bonita que es mi tarjeta. Es que soy gafe. Consigo que el banco me de por fin una de esas de supercliente y ahora no sé dónde gastar. Pero si hoy el periódico ha llegado a las doce al kiosko. Si Zara no renueva esta semana. Yo, la consumista mayor del reino me voy a tener que encerrar ¿a leer un libro?

Uff, ya me da la crisis otra vez y el de la ambulancia en la cola del surtidor.

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