jueves, 5 de junio de 2008

Índice cero

Aquella mañana, Santiago supo que todo había terminado. Un año después de que el Ministerio de Salud prohibiese fumar en el trabajo ya habían muerto todos los compañeros que durante esos meses le habían acompañado en la puerta de la oficina. Hoy era su día. Mientras daba la última calada, el ministro se frotaba las manos en su despacho. Índice cero. Ni un solo fumador en el país. Controlar el negocio del tabaco había tenido sus ventajas. ¿Cómo no se habían dado cuenta antes? Bastó incluir aquel ingrediente fatal para acabar con todos.

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